Durante mucho tiempo me dolió, pero hoy, después de un año de no verlas, puedo decir que algo dentro de mí se liberó. Comprendí que no se trata de lo que otros digan, sino de cómo yo decido vivir.
Al apartarme de esas presencias, quité también los pesos de la culpa, de la herida y de la necesidad de agradar. Y así descubrí que la sanación no llega con rencor, sino con paz.
Hoy camino más ligera, más fuerte, más yo. 🌸✨
🌿 Sanando y Gozando – Blog ✍️ Elida Bentancor
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