En algunos entornos laborales, el narcisista no actúa solo. Se rodea de lo que la psicología llama “monos voladores”: cómplices que, aunque no lo respeten ni lo quieran, se unen a su juego oscuro por conveniencia, miedo o simple envidia. Entre ellos no hay verdadero afecto, solo un pacto temporal para cumplir un objetivo común: hostigar, calumniar y aislar a una persona que no pudieron manipular.
Intrigas, rumores y difamaciones se convierten en herramientas de acoso laboral, buscando que la víctima se desgaste, renuncie y pierda su paz. A mí me pasó, y sé el peso que significa cargar con esa injusticia.
✨ Pero hay que tener claro algo: el problema no está en la persona acosada, sino en quienes no toleran su luz, su independencia o su verdad.
🔑 Consejos para enfrentar esta situación
1. Reconocer el patrón: No justificar el maltrato ni caer en la trampa de la culpa.
2. Registrar todo: Guardar correos, mensajes, testigos y cada situación de hostigamiento.
3. No entrar en el juego: Responder con calma, sin agresividad, y no darles el placer de vernos quebrados.
4. Buscar apoyo: Hablar con recursos humanos, sindicatos, compañeros de confianza o profesionales que puedan asesorar.
5. Denuncias legales: El acoso laboral, la difamación y la calumnia son delitos. Es importante acudir a instancias legales y, si es necesario, realizar denuncias penales.
6. Cuidar la salud emocional: Terapia, meditación, escritura o actividades que nos devuelvan fuerza y equilibrio.
🌸 Reflexión final:
Aunque quieran quebrarnos, nadie puede apagar la dignidad de un corazón íntegro. El narcisista y sus cómplices se consumen en su propia envidia y vacío; la víctima, en cambio, puede sanar, crecer y transformar el dolor en una nueva fortaleza.
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